Comienza el verano y con él, las altas temperaturas; por eso es importante prestarle más atención a nuestra hidratación.
Ya sea porque te vas de vacaciones o te quedás en la ciudad, hay que estar atentos sobre los diversos requerimientos de agua que nuestro organismo necesita para realizar las actividades que nos proponemos.

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Cuando tenemos calor, nuestro organismo pone en funcionamiento mecanismos de enfriamiento como la sudoración y la evaporación de agua por medio de la respiración. También influyen en su intensidad la humedad, la ropa que usamos y el tipo de actividad física que realizamos. Por lo tanto resulta que a mayor sudoración, más líquido necesitamos ingerir.
Por suerte, hay señales que pueden ayudarnos a darnos cuenta si nuestro organismo tiene menos agua del que necesita para funcionar de manera óptima, es decir, comenzar a deshidratarnos. Ellos son:

  • La sed: que es una señal que envía el cerebro cuando la pérdida de líquido supera el 1% del peso corporal. Se percibe como una situación desagradable afectando de forma desfavorable el estado de ánimo.
  • El color y la cantidad de la orina: cuando estamos deshidratados, la eliminación de orina es de color amarillo oscuro y su cantidad es escasa.

Para evitar que estos signos se hagan evidentes, te recomendamos tomar entre 6 y 8 (250ml) vasos de agua repartidos en el día, jugos naturales y, además, comer alimentos livianos y frescos como frutas y verduras de manera frecuente.

Ante cualquier duda, consulta con tu médico.

Dra. Florencia Rolandi, Médica Cardióloga, MN 100.667