Con el objetivo de lograr comer rápido, con sabor y saludablemente, te acercamos algunas ideas para que incorpores a tus mediodías, aunque no tengas mucho tiempo.
Comer rápido y sano es posible. Cada vez tenernos menos tiempo para alimentarnos, sobre todo a la hora del almuerzo, por eso reemplazar la comida rápida poco saludable por una hecha a base de productos naturales se convirtió en una necesidad.
La idea es cambiar algunas cosas de las típicas comidas rápidas de maneras de hacerlas nutritivas. Por ejemplo: a la clásica hamburguesa hecha con carne picada, te proponemos reemplazarla por un corte más magro o por carne de pavo o pollo. De esta manera, por ejemplo, aquellas personas con colesterol podrán consumirla sin problemas
Por otro lado, este tipo de comida propone dejar las frituras de lado. En lugar de comer unas papas fritas, se recomienda hacerlas al horno. Claro que podés usar condimentos como el pimentón y demás especies para que queden bien sabrosas. La idea es seguir comiendo rico, pero saludablemente.
Siguiendo en la línea del fast good, en el caso de comer sánwiches, se recomienda consumir los fiambres con menos grasa (como el lomito, la pavita, el jamón cocido, el queso) y, en lo posible, siempre es bueno incorporar vegetales (tomates, lechuga, pepino, cebolla o hasta ¡zanahoria rallada!) Además, si el pan es integral y con semillas, mucho mejor ya que esto ayudará a que el organismo haga más rápido la digestión. La opción de wraps también puede ser otra alternativa para reemplazar el pan blanco.
Y de postre, por más apurado que se esté, una manzana, una banana o hasta una mandarina, siempre es posible comer. Por eso, es importante consumir al menos 3 pociones de fruta diarias.
Rapidez y salud pueden ir de la mano, solo es cuestión de organizarnos y comprometernos a querer comer de una manera mejor.