Esta variedad de trigo era uno de los alimentos más apreciados en Oriente durante la Antigüedad. Hoy, la historia se repite. Te contamos cómo y por qué comerlo.
Difícil y casi imposible de conseguir hace unos años, hoy el trigo bourgol se consigue fácilmente en los comercios. Esto responde a que los nutricionistas han descubierto que además, de ser un alimento muy versátil, ya que puede ser preparado en guisos, sopas, comidas étnicas (como, por ejemplo, el kibe), y también como acompañamiento de ensaladas, base de tartas o postres, tiene grandes propiedades nutricionales.
Este trigo está conformado especialmente por hidratos de carbono (69%), pero también tiene proteínas en una proporción de un 12%. Además posee muchas vitaminas y la presencia del ácido graso llamado linoléico que ayuda a equilibrar el exceso de colesterol en la sangre
Ahora bien, ¿cómo cocinarlo?
Primero hay que lavarlo y enjugarlo bien. Podés hacerlo con un colador y cuando veas que el agua sale transparente, es un buen indicio de saber que ya está. Luego, hay que dejarlo por 60 minutos en remojo con agua calentita. Si notás que se enturbia, cambiásela. Realizar este paso te va a servir para que el burgo quede bien tierno a la hora de prepararlo. Una vez pasado el tiempo de remojo, lo colamos bien y dejamos que se escurra el agua y ya está listo para usar.
¿Cómo usarlo? Acá te damos algunas ideas:
-Verduras rellenas usando el trigo burgol en vez de usar arroz
– En ensaladas frío. La clásica se llama Tabuleh o tabbulé, que consiste en cebolla picada, morrón verde y rojo, tomate cortado chiquitito, perejil picado y trigo burgol. Para condimentar mezclá aceite, jugo de limón, sal y pimienta.
– Se puede agregar a la carne picada cuando preparamos hamburguesas o albóndigas en vez de colocarle pan rallado. ( Éste es un tip para sacarle el exceso de humedad a la carne)
– Se puede usar para empanar. Es el sustituto del pan rallado, cumple la misma función.