Los beneficios de realizar actividad física de manera regular son indudables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda “movernos” al menos 30 minutos por día, ya que llevar una vida activa no solo se relaciona con una mejora en la percepción del bienestar, sino que además disminuye, por ejemplo, la incidencia del sobrepeso, la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Por eso, desde la Fundación Cardiológica Argentina acompañamos a Jumbo en su campaña Viví Saludable convencidos de que la adopción de hábitos de vida cada vez más saludables nos permitirán tener una vida mejor y duradera. Para esto, que todos los integrantes de la familia realicen algún tipo de actividad física diaria se vuelve fundamental.
Sabemos que la actividad física comprende una variedad de actividades y movimientos, que van desde las mismas tareas cotidianas hasta la realización de ejercicios planificados y la práctica deportiva especifica. Por lo tanto, ¿es lo mismo realizar cualquier tipo de actividad física? La respuesta es, depende. Numerosos factores tienen relevancia en el desarrollo de una actividad planeada, ya sean los personales (antecedentes de salud, nivel de entrenamiento, habilidades físicas y motoras, etc.), las características del entorno (la temperatura ambiental y la humedad cumplen un rol clave), y las particularidades propias de la actividad a desarrollar (por ejemplo, las lesiones relacionadas, la vestimenta requerida y la intensidad habitual alcanzada en su práctica).
Además, es importante realizar un chequeo médico previo antes de realizar cualquier actividad para evaluar las condiciones físicas de la persona y así recomendar los ejercicios que colaboren a mejorar la salud, evitando que se provoquen lesiones deportivas o empeore alguna condición de salud preexistente. Este consejo es válido tanto para adultos como para los jóvenes que realizan actividades deportivas.
La planificación de un entrenamiento y las intensidades del mismo deben guiarse de acuerdo a los objetivos que se deseen alcanzar. Dichos objetivos deben ser progresivos y acordes a las características de cada persona. Debemos ir de “menor a mayor” en la complejidad e intensidad de la actividad. Lo ideal es llevar una vida activa todo el año y no querer recuperar “tiempo perdido” en una semana.
La alimentación es uno de los pilares básicos; debe ser variada e incluir frutas, verduras, cereales y lácteos. Luego de comer, se sugiere esperar una hora antes de comenzar a realizar actividad física. Se deben evitar las jornadas de excesivo calor (más de 28 grados) y humedad mayor del 80%, ya que pueden presentarse con mayor frecuencia cuadros de deshidratación. Debemos saber que, de esta manera, perder peso puede no ser sinónimo de adelgazar porque se pierde solo el agua que luego se recupera al beber.
Por lo tanto, es esencial lograr una correcta hidratación, se debe tomar agua (al menos un vaso) antes, durante y después de la realización de actividad física. En actividades que superen los 40-60 minutos, adquiere relevancia la reposición de sales minerales mediante bebidas deportivas.
También, se recomienda utilizar ropa cómoda de colores claros y telas sintéticas que permitan la evaporación del sudor, a su vez mantener la cabeza protegida con un gorro. El calzado no es un elemento menor, este debe ser deportivo y resultar cómodo para la actividad planeada. Tampoco se puede dejar de lado un elemento clave, el descanso. No solo es importante contar con horas de sueño suficientes, sino que se debe tratar de no realizar jornadas consecutivas de entrenamiento exigente, para alcanzar una adecuada recuperación entre cada jornada de actividad.
Para finalizar, no debemos olvidar que la actividad física aporta numerosos beneficios a nuestra salud, siempre y cuando se realice bajo condiciones adecuadas. Debemos conocer los cuidados y precauciones a tomar, para lograr así una práctica segura y saludable. Es nuestro objetivo, desde la Fundación Cardiológica Argentina, acompañar a la comunidad en la toma de conciencia sobre la importancia de adoptar hábitos de vida que nos ayuden a prevenir enfermedades y nos permitan tener una vida mejor y más saludable.
Por la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) con el asesoramiento del Dr. Gonzalo Díaz Babio, médico cardiólogo (MN 129.388), miembro de la FCA.