Como la naturaleza es sabia, en la época de calor intenso nos brinda sus mejores frutos para hacerle frente a las altas temperaturas. Su consumo es clave para mantener el organismo sano y la piel, ¡impecable!
Sandía
Es la reina del agua. Es la fruta que más cantidad de agua tiene: el 92 por ciento de su peso. Esto hace que nos mantenga hidratados, con energía y consumiendo muy pocas calorías, tan solo 27 kcal por cada 100 gramos. Además, la sandía contiene gran cantidad de vitaminas A, B6 y C, minerales y antioxidantes, que protegen a las células de los ataques de los radicales libres, ayudando a prevenir determinados tipos de cáncer y el envejecimiento prematuro.
Melón
Como su hermana, la sandía, esta fruta que amamos combinar con jamón en las fiestas se distingue por su aporte de vitamina C y ácido fólico. En concreto, 100 gramos de melón proporcionan la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C. También es rico en vitamina A y betacaroteno, protectores de la piel y el cabello. El tip: si no sos amante de lo frugal, una opción es convertir el melón (o puede ser la sandía) en bocaditos refrescantes. Sólo tenés que sacar con una cuchara bolitas de fruta bien fría y combinarla con miel, yogur natural y hojas de menta picadas.
Cerezas
Son irresistibles y contienen altas dosis de líquidos cargados de minerales, como el potasio, el hierro o el calcio, entre otros. Además, contienen antocianinas y melatonina, que reducen la inflamación de la piel, lo que las hace perfectas para consumir en verano, época de quemaduras solares. Son fáciles de comer en cualquier lado y acompañan infinidad de platos, pero no hay nada como el clásico método de ponerlas en un bowl lleno de hielo, para que queden bien frías y frescas.