Ser sanos es mucho más que no estar enfermos. La salud implica bienestar físico, mental y social, según la definición de la OMS, y para alcanzarla debemos actuar. Anotá estas 7 claves cotidianas.
1) Controlar cuánto, cómo y cuándo comemos
Se trata de incorporar buenos y saludables hábitos, y no recurrir a dietas que no sean adecuadas para lo que precisa cada cuerpo, que es único. Como señala la Prof. Dra. Andrea R. Miranda, directora médica de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI), deberíamos cada día considerar lo siguiente:
– realizar las cuatro comidas y dos colaciones.
– evitar el picoteo, pero no dejar pasar más de cuatro horas sin comer.
– aprender a diferenciar hambre de ansiedad.
– desayunar.
– Evitar elegir alimentos con alta carga glucémica, como harinas refinadas, grasas saturadas, productos de panadería y otros, en lugar de frutas y verduras.
2) Hidratarse lo suficiente
“Consumí de dos a tres litros de agua, sin esperar a tener sed”, aconseja la Dra. Miranda. ¿Sabías que este hábito puede ayudar a reducir tensiones? Una deshidratación de apenas medio litro aumenta el nivel de cortisol, la hormona del estrés.
3) Tomar medidas de seguridad y de higiene básicas
Obviamente, lavarse bien las manos con agua segura, pero también tener cuidado al manipular alimentos. Cortar frutas y verduras por separado de las carnes y con distintos utensilios.
Otras recomendaciones son: vigilar las temperaturas de cocción de cada alimento, alejar los residuos de los alimentos frescos y de la mesa donde se cocina, chequear que las latas no estén abolladas y leer su fecha de caducidad.
4) Moverse más
Caminar 30 minutos por día previene y reduce la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y el colesterol alto.
Un tip: ponete un timer cuando estés trabajando frente a la computadora, que cada media hora te recuerde que te pares y des algunos pasos.
5) Dormir bien
“Al menos 8 horas diarias y no menos de 6, para que el metabolismo de nuestro cuerpo funcione óptimamente”, indica la Dra. Miranda. Este hábito también ayuda a mantener o bajar de peso.
6) Controlar el estrés
Genera radicales libres en nuestro cuerpo, moléculas inestables que pueden acumularse en las células y dañar a otras moléculas. “Cuando estos se liberan crónicamente, constantemente y de manera masiva ante ciertas situaciones, aparecen un montón de síntomas que llevan, en general, a la enfermedad”, avisa la especialista.
¿Cómo reducir el estrés?
- Hacer actividad física regularmente. El ejercicio baja los niveles de hormonas asociadas al estrés, como el cortisol, además de liberar endorfinas que mejoran nuestro estado de ánimo.
- Limitar la cafeína. Puede aumentar la ansiedad en dosis altas.
- Aprender a decir que no cuando hacemos más de lo que nuestro cuerpo y nuestra mente soportan.
- Evitar procrastinar, es decir, postergar lo verdaderamente importante para dedicarnos a tareas irrelevantes. ¿Cuáles son tus prioridades?
- Hacer yoga, mindfulness o respiración. Estos ejercicios ayudan a enfocarse en el momento presente y a relajar el cuerpo, para calmar el “ruido” de la mente.
7) Desarrollar la inteligencia emocional
Ante un evento, surge un pensamiento que dispara una emoción, que está ligada a una acción posterior. Poder observar las emociones y aprender a manejarlas inteligentemente, sin dejar que nos dominen, “tiene un impacto positivo en nuestro bienestar general y evita conductas contraproducentes, como llenar vacíos con comida”, afirma la Dra. Miranda.
Recordá consultar a tu médico, ante cualquier duda sobre tu salud.