Los primeros años de vida sientan la base de nuestra salud en la adultez. Es probable que los hábitos que incorporemos de niños nos acompañen en el futuro, para bien y para mal.

La Dra. Carol Kotliar, especialista en hipertensión arterial e investigadora clínica del CONICET, advirtió que “las arterias de los niños pueden envejecer (endurecerse) antes de tiempo”. Esto los pone en riesgo de sufrir hipertensión arterial, diabetes o un infarto a una edad temprana.

“Por eso, hay que implementar en niños y jóvenes algunas estrategias de prevención cardiovascular originalmente destinadas a la población adulta”, explicó.

1. Tomarles la presión desde pequeños.

La hipertensión del adulto tiene su raíz en la niñez, afirmó Kotliar. “Se ha demostrado que los valores de presión arterial en la infancia influyen en los valores en la adultez”, señaló. Algunas sociedades científicas aconsejan medir la presión del bebé recién nacido y, a partir de los 3 años, en cada visita médica al pediatra.

2. Realizar actividad física desde chicos.

Alentar a los niños a hacer un deporte o ejercicio que les guste al menos 3 días a la semana. Si tienen sobrepeso, la Dra. Kotliar recomienda 40 minutos de actividad física aeróbica 5 días por semana, idealmente.


3. Ayudarlos a mantener un peso saludable.

“El niño con sobrepeso tiene 50% más de riesgo de desarrollar hipertensión arterial”, indicó la experta. Un buen tip es NO utilizar la televisión o las golosinas como “premios”.

4. Reducir la sal.

En la Argentina, 12% de los adultos coloca sal en su comida antes de probarla, hábito que copian los chicos, a pesar de que se sabe que es uno de los principales culpables del desarrollo de hipertensión. Para minimizar su uso, la Dra. Kotliar sugiere sazonar los platos con:

  • 1 cucharada o más de jugo de limón,
  • 1 cucharada de vinagre saborizado,
  • ajo fresco o en polvo,
  • polvos de hierbas libres de sodio,
  • orégano, comino o nuez moscada (poca cantidad),
  • sal de potasio.

5. Darles más alimentos con potasio.

“Muchos científicos afirman que el problema no es la sal, sino nuestra baja ingesta de potasio”, comentó Kotliar. Este mineral contrarresta los efectos del sodio sobre la presión sanguínea. Algunas opciones con potasio son:

  • banana,
  • palta,
  • espinaca cocida,
  • batatas dulces,
  • calabaza,
  • avellanas y pistachos,
  • salmón.

6. No fumar dentro de casa.

Inhalar el humo puede aumentar el riesgo de hipertensión en los niños. Hay que evitar fumar cerca de los niños y procurar dejar el hábito para mejorar la salud de todo el grupo familiar.

7. Predicar con el ejemplo.

Si los hijos ven que sus padres comen de todo y de manera equilibrada, y son activos físicamente, es más probable que los imiten y que compartan estas actividades.

8. Jugar a leer las etiquetas de los alimentos.

Es una forma de enseñarles a ser conscientes de lo que comen y a incorporar un hábito que va a resultarles útil el resto de su vida.

Ante cualquier duda sobre la salud de tus hijos, consultá a tu pediatra.