El verano es la estación de los frutos. La huerta empieza a tomar color a medida que el calor avanza: es que la mayoría de los cultivos de fruto necesita calor para crecer y madurar.

Algunos de ellos son: tomate, berenjena, pimiento, zucchini, zapallito, melón, pepino. Son plantas en general más voluminosas, y que ocupan más lugar en la huerta. Lo bueno es que, en algunos casos, con una sola planta podemos cosechar varios frutos. Como en todo cultivo, la calidad de la semilla o el plantín es fundamental.

Algunas variedades:

En el caso del tomate, existen muchas variedades y, salvo las enanas, suelen crecer hasta dos metros de altura. Para eso, necesitarán un buen tutor para ir sosteniéndolo a medida que crece, y garantizando que toda la planta reciba sol, y que la cosecha sea más fácil.

Las berenjenas y los pimientos son más bajos (80 cm de altura), pero también necesitan tutor, ya que el peso de los frutos podría quebrar las ramas.

En el caso de los zapallitos, zucchini, melón y pepino, su crecimiento puede ser rastrero, o bien sobre un alambrado o tutor, para aprovechar mejor el espacio.

Llegada del frío:

El final de estos cultivos está determinado, en el mejor de los casos, por el frío. Cuando llegan las primeras heladas, las plantas mueren (si es que no han sucumbido a plagas o enfermedades de verano). Pero, antes de llegar a ese final, seguramente habremos tenido unas buenas cosechas, entonces… ¿quién nos quitará lo bailado?

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Por Clara Billoch (Técnica en Floricultura y Jardinería por la UBA. Diseñadora y planificadora de huertas y espacios verdes, docente, editora y autora de los libros Un año en el jardín (2009), Huerta y cocina (2013) y Frutales y cocina (2015)).

Fotos de tomates, chauchas y pepinos de Angela Copello