Quizás no lo sepas, pero algunos estudios dan cuenta de cómo la obesidad y la calidad del sueño están muy relacionadas. Dormir mal afecta la regulación de la leptina y la grelina, hormonas que intervienen en la saciedad y el hambre. Este trastorno suele generar un aumento de la ingesta y en especial de alimentos abundantes en grasas.
Si estás pasando por una etapa de poco descanso o te despertás muchas veces en una misma noche es importante que, además de prestar atención a tu humor y tu concentración, tomes conciencia de lo que tu cuerpo te pide para comer.
Se detectó que luego de una mala noche aumenta la necesidad de comer a lo largo del día, llegando a consumir casi el doble, y en especial alimentos poco nutritivos y más calóricos. Se dificulta entonces mantener una alimentación saludable conllevando más fácilmente a la obesidad.
Dormir lo suficiente no sólo te fortalecerá a nivel energético, sino que te ayudará a controlar tu peso y la cantidad de comida que ingerís. Para ello, date tiempo en la cama para dormir entre 7 y 9 horas diarias y dale a tu cuerpo el descanso que necesita.
Y nunca dejes de consultar a tu médico ante cualquier duda que tengas.
Dra. Florencia Rolandi, Médica Cardióloga, MN 100.667