Las vacaciones nos dan la posibilidad de compartir momentos con nuestros hijos. Te damos algunas ideas para que puedas divertirte con ellos en la cocina y, de paso, comer algo rico.
Romper con la rutina también es necesario. Animate a hacer esas cosas con los chicos que durante el año solés hacer sola. Puede ser divertido para ellos y también para vos, por eso te damos algunas ideas para que hoy mismo pongan ¡manos a la obra
1. Panchos en rueda
Una manera diferente de comer salchichas con pan. Para hacerlos necesitás pan lactal, salchichas, mostaza (o el aderezo que más te guste), huevo y queso de rallar.
Primero aplastá una rodaja de pan con un palo de amasar; estirala un poco y colocale el aderezo que quieras, la salchicha y enrollalo como si fuese un arrollado.
Colocá los rollitos sobre una placa de horno, pintá cada uno con huevo batido y espolvorealos con queso de rallar. Llevalos al horno por 15 minutos, o hasta que doren, y ¡Listo!
2. Pizza con pan de pita
Para esta receta necesitás pan de pita, salsa de tomate, queso y aceitunas. Esta receta es muy aconsejable para hacer con los más chiquitos. Para hacer las pizzetas separá los panes de pita y colocalos sobre una placa de horno. Luego, untalos con salsa de tomate, colocales el queso y finalmente las aceitunas. Una manera de hacerlo más divertido es colocar las aceitunas en la pizzeta haciéndole ojos, orejas y boca.
3. Cañoncitos de banana y mantequilla de maní
Una receta que no lleva horno, rica y original que se puede hacer con ingredientes que solemos tener en casa. Vas a necesitar: pan miñon (o el que más les guste que sea gordito), mantequilla de maní (si querés, podés cambiarlo por dulce de leche o pasta de avellanas) y bananas. Primero, vas a tener que ahuecar los panes. La miga que le sacás al pan desmenuzala y colocala en un bol, agregale la mantequilla de maní y la banana pisada. Intentá lograr una mezcla homogénea. En caso de ser necesario, podés utilizar una licuadora de mano. Luego, llevala a la heladera por unas horas. Una vez bien fría, rellená los pancitos y ¡merienda resuelta!