Algunas personas sufren de inflamación abdominal. Este puede incrementarse a medida que pasan las horas del día. Hábitos y alimentos que nos ayudan a revertir este problema.

La sensación suele ser la de amanecer con el vientre plano y, a medida que se suceden las horas, la inflamación provoca incomodidad total: las prendas comienzan a  comprimir y, en algunas ocasiones, esto puede generar dolor.

Causas y posibles soluciones

Estrés: esta teoría que parece no tener fundamento, sí lo tiene: cuando sufrimos situaciones de ansiedad, tragamos aire que va directamente al vientre.

Comer a las apuradas: no triturar bien hace que se dificulte y ralentice la digestión, no olvidemos que la saliva contiene enzimas que cumplen un papel primordial. Seguramente, han escuchado que se recomienda masticar diez veces cada bocado.

Algunos alimentos: legumbres, verduras, hortalizas, frutas y lácteos se fermentan por la flora intestinal  y provocan gases e hinchazón. Para digerir mejor las primeras es necesario que hayan estado en remojo varias horas antes de cocinarlas. En el caso de las verduras, a veces es mejor comerlas cocidas y, si el problema es la leche, se puede optar por la que no tiene lactosa o alguna de origen vegetal.

Intestino irritable o dispepsia: algunas alteraciones en la flora bacteriana pueden desencadenar en dolor abdominal, distensión y dificultad para ir al baño. Las posibles causas son nerviosismo o falta de fibra en la dieta.

Intolerancia al gluten: no es necesariamente celiaquía, pero es preferible optar por un régimen similar y menos estricto.

Siguiendo estos consejos, autoevaluándonos y cuidando lo que comemos, podemos minimizar este molesto problema. Debemos tener en cuenta que, si la distensión está acompañada de otros síntomas digestivos, es recomendable consultar al médico para obtener un diagnóstico y tratamiento eficaz.