Te contamos qué alimentos no pueden faltar y cuáles conviene evitar.
Comer bien durante estos nueve meses es fundamental para que el bebé reciba los nutrientes necesarios y pueda desarrollarse correctamente.
No hay secretos: si uno mantiene una alimentación saludable, no debería modificar mucho sus hábitos alimenticios durante el embarazo. Lo fundamental es sostener una alimentación equilibrada y variada. Cuando hablamos de variedad nos referimos a que te alimentes con los . Y dentro de ellos, prestá mayora atención a los siguientes productos:
Carnes: aportan proteínas que mejoran la circulación sanguínea materna en el cuerpo y, a la vez, contribuyen a la oxigenación del bebé y favorecen su adecuado crecimiento. Las blancas y rojas, especialmente el hígado, tienen muchísimo hierro. El pescado aporta Omega 3, importante en el funcionamiento y el desarrollo del cerebro del bebé. Por otra parte, el huevo aporta todos los aminoácidos esenciales gracias a la proteína de la clara. La yema aporta fosfolípidos y la cuota de grasa saturada necesaria en esta etapa.
Lácteos: brindan calcio, un nutriente esencial para la buena formación de los huesos del bebé. Quesos, leche y yogur son ideales. Una buena alternativa para las mujeres que no toleran los lácteos en el embarazo son los frutos secos: las nueces tienen Omega3; los higos secos, almendras y avellanas aportan calcio.
Además, recordá la importancia de estar bien hidratada. Por eso se aconseja tomar dos litros promedio de agua. Esto también ayuda a evitar la constipación.
Es importante evitar el exceso de sal ya que puede producir retención de líquidos y aumentar la tensión arterial, dos cuestiones que deben vigilarse atentamente durante el embarazo. Así como también el exceso de azúcar ya que incide en el aumento de peso durante la gestación, además de incrementar el riesgo de padecer diabetes gestacional si se está predispuesta a ello. Por último, no es aconsejable consumir mucho café. La cafeína y otros excitantes traspasan la barrera de la placenta y afectan al feto, por eso, durante el embarazo es mejor tomar descafeinado.