Un bol de hojas verdes puede convertirse, en muy pocos minutos, con algunos ingredientes y mucha creatividad, en un rico plato para comer en invierno. Tomá nota.

Con el tiempo cálido, la ensalada es una de las opciones más elegidas a la hora de pensar qué comer. Pero, con el frío, este plato suele ser dejado de lado. A continuación te acercamos algunas ideas para que las ensaladas también sean una opción en invierno.

Panceta y maní tostado

Un bol de hojas de espinacas puede transformarse en un plato gourmet en muy pocos pasos, utilizando algunos ingredientes. Lo primero que tenés que hacer es elegir el queso que más te guste. Es importante destacar que, además de sabor, el queso  brinda  textura a las ensaladas. Los de cabra, los azules y los parmesanos tendrán más presencia que otros.

Una vez que decidiste qué queso usar, córtalo en cubitos e incorporalo al bol de espinacas. Luego, en una sartén, dorá unas láminas de panceta. Una vez que estén casi listas, agregá unas láminas de champiñones y un puñadito de maní. Dorá por unos segundos. Agregá la panceta, el maní y los champiñones tibios a la ensalada y condimentá a gusto.

Salmón, palta y huevo poché

Agregá, a una base de hojas verdes, una palta laminada, unas fetas de salmón ahumado y, por último, huevo. ¡Atención! No se trata de cortarlo o picarlo, sino que lo más interesante y rico de esta ensalada es la manera en la cual se incorpora el huevo. Éste debe estar cocido por unos minutos, pero sin estar totalmente duro. El método tradicional para hacer huevos poché es introducir el huevo, una vez retirado de su cáscara, en una olla con abundante agua y un chorro de vinagre o limón (para facilitar la coagulación), dándole una forma redonda con la ayuda de una cuchara, cubriendo la yema con la clara a medida que se va cociendo. Luego de algunos minutos de cocción, retirá el huevo del fuego y servilo en el medio del bol de la ensalada.

Calabaza, zanahoria y cebollas caramelizadas

En una sartén con un poco de oliva o manteca, salteá una cebolla. Luego agregá unas láminas de calabaza y unas zanahorias baby. Una vez tiernas, sumá 2 cucharadas de azúcar, 3 de agua y 1 de vino blanco. Llevá a hervor y luego bajá el fuego a mínimo y dejá cocinar por varios minutos, hasta caramelizar. Retirá del fuego y serví caliente sobre el mix de hojas verdes.